Anecdota ocurrida en un taxi de Sevilla, narrada el pasado viernes mientras tomabamos una copita en casa del enano para celebrar su cumpleaños.
El narrador se sube a un taxi y comentan la pegatina que lleva en el capó trasero, relativa a la expulsión del alcalde, con rima y todo.
Cual es la sorpresa del interlocultor, cuando el taxista le indica que a pesar de los pesares, de lo en desacuerdo que está con la gestión del alcalde, volverá a votar al partido al que siempre ha sido fiel.
Este dato se corrobora por las últimas encuestas, la mayoría de alcaldes suspenden en el tramo del último mandato, pero muchos de ellos van a renovar alcaldía. Sorprendente no?
Y digo yo, para que sirven entonces los alcaldes? Si ponemos una cabra en cualquier lista, los votantes van a seguir votando a su partido, y saldrá la cabra de alcaldesa. Mas vale malo conocido o pacto por conocer?
Lo único bueno de las elecciones es la ristra de inauguraciones, jardines arreglados, intentos de limpieza y demás maniobras que notamos. Por qué no hacemos elecciones anuales, o cada dos años? Total, va a salir la cabra...
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